martes, 3 de abril de 2012

Conciertos Pedagógicos....¿ un lujo ?


NO:
A la hora de plantear un concierto pedagógico , lo primero que hay que tener en cuenta es que los alumnos van a tener la oportunidad ( para muchos quizás la primera) de escuchar y ver instrumentos e intérpretes en directo. Esto puede parecer una obviedad pero no lo es. En el mundo actual de lo virtual, podemos ver y escuchar prácticamente cualquier cosa a través de la Red. Pero no es lo mismo. A lo largo de todos mi años de experiencia he podido comprobar cómo el sonido directo ejerce una fascinación especial...precisamente, lo que persigue el arte musical.
Organizar un concierto pedagógico no es fácil. Buscar la idea, ponerla en pié, dar con los músicos adecuados, preparar el sonido de apoyo en el auditorio/teatro. No olvidemos que un concierto, en este caso, es como un iceberg: lo que se vé es la punta y lo que lo sostiene permanece invisible.
Todo ello supone un desembolso que en la mayoría de los casos, y en esto mis colegas de otros conciertos estarán de acuerdo, se recupera muy lentamente. Esa lentitud se debe a que los precios están permanentemente ajustados al tener en cuenta que, siendo consecuentes con nuestro espíritu divulgativo, nos dirigimos a un público de toda clase social y por tanto hay que tener “precios populares”.
Concluyendo esta parte, el hecho de tener la oportunidad de asistir a UN CONCIERTO EN DIRECTO POR MENOS DE LO QUE CUESTA UNA ENTRADA DE CINE no es un lujo económico. Más bien lo contrario. Es una oportunidad.

SÍ:
Si bien en términos económicos asistir a un concierto pedagógico no es un lujo, en términos culturales y educativos sí que lo es. Al hilo del principio del párrafo anterior, asistir a este tipo de concierto es todo un lujo para todos aquellos que por cualquier circunstancia no han podido acceder de otra manera a un concierto en directo.
Además de la comentada sensación del directo hay que añadir las propuestas propias de cada concierto. En ellos se pueden descubrir nuevos instrumentos, aprender nuevos estilos, comprender mejor la música y corregir muchos prejuicios. También consolidar pautas de comportamiento derivadas del hecho de asistir a este tipo de evento (respeto, silencio, atención, participación) y que luego pueden ser aplicadas a otro tipo de actividad.
En cuanto a la formación cultural y humanística del alumno, un concierto pedagógico es todo un lujo.
Dejando aparte los serios problemas de la crisis económica, en ciertas ocasiones algunos profesores de música me han confesado que algún alumno no asistía al concierto porque sus padres “no lo consideran importante”....cuanta equivocación.....
Ya lo dijo Kodály: para que un niño aprecie la música hay que hacersela escuchar nueve meses antes del nacimiento de su madre.

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