
Esta frase de nuestro último premio Nobel español de literatura resume a la perfección mi andadura al frente de "encuentros de Música Viva". Precisamente en mi artículo anterior rindo homenaje a un músico excepcional que colaboró en los inicios.
Durante estos diez años he tenido aciertos y, por supuesto, errores que me han ayudado a ir puliendo poco a poco imperfecciones. También he ganado en experiencia, y desde ella me ratifico en lo siguiente: que para oír música hay que aprender a escuchar (cosa harto difícil). Que no se aprende jugando; jugando se juega y se aprende teniendo la sensación de aprender.Que se aprende fomentando la curiosidad y como consecuencia el deseo de saber que siempre es una sensación estimulante.
Que mis conciertos no son "lúdicos" ni donde los niños "aprenden jugando". Que en mis conciertos disfrutamos todos. Que no tenemos decorado, que la música es en riguroso directo. Que hablamos de la música y su entorno dirigiendonos a los alumnos con naturalidad.
Finalmente hemos resistido con nuestro trabajo, con la confianza depositada en él por colegios y entidades. A todos ellos hemos tenido que demostrar año tras año, día a día, que todavía somos merecedores de su interés y aprobación.
Y finalmente, me siento orgulloso de verme rodeado de personas que han hecho posible esta realidad con el esfuerzo de sus manos.
En próximos artículos y a petición de alguno que dejándose caer por aquí tiene a bien leerme, hablaré de quién es Carlos Bueno... A más de uno le sorprenderá.