Desde hace algún tiempo, en algunos de nuestros conciertos pedagógicos, se nos ha acercado un niño que con una cara a la vez de perplejidad e imperativa nos preguntaba: "y cuándo nos dan el Kit Kat?". Al ver mi cara de asombro me explicó que en otros conciertos les daban siempre algo a la entrada y a veces a la salida del concierto. Otro niño me preguntó por el sorteo de la "Pleiesteichion". Sé que la crisis nos afecta a todos y que cada uno tiene que buscarse las vueltas para rentabilizar su negocio. El patrocinio es obviamente una buena solución. Todavía quedamos algunos "kamikazes" que seguimos yendo por libre aunque, seguro, somos una especie en extinción. El caso es que cabría preguntarse si el famoso "kit kat" o el sorteo de lo que sea supone un premio por tragarse una actividad sea de música o de lo que fuere. Que el alumno no se sienta recompensado por el mero hecho de asistir a una actividad que se supone que nó solo le va a entretener sino que además le va a aportar.
En el caso de la música para escolares lo más "in" es un tremendo decorado, buenos disfraces, actores diversidos y si puede ser, música en directo (cada vez más escasa).
Quizás acabaré dando bollos a los escolares al final del concierto.Puede que algún día me compre una fenomenal pantalla con un retroproyector, contrate a una fenomenal compañía de actores y, si hay presupuesto una orquestita a ser posible con la mayoría de instrumentos sintetizados y secuenciados. Ese día estaré al frente de un humilde musical pero de momento, mientras los colegios alumnos y profesores me dén su confianza, seguiré enseñando a través de mis conciertos pedagógicos tan sólo con el apoyo de la música en directo. Sin "kit kat".
Como siempre agradezco la paciencia de todo aquel que haya tropezado con este Blog y haya tenido la benevolencia para llegar al final de estas líneas.