En los albores de la Humanidad nuestros antepasados descubrieron que entonando con la voz, golpeando materiales (troncos quizás), soplando en ellos (en huesos a lo mejor) o haciéndolos vibrar (puede que el arco de caza) se generaban unos sonidos especiales, diferentes a los de la naturaleza que les rodeaba.
Puede que a partir de entonces la música comenzara a gestarse. Miles de años , unos 40.000 dicen los musicólogos, han sido necesarios para perfeccionar, hasta el día de hoy, tan bello e intangible arte.
La evolución del canto y el perfeccionamiento de los instrumentos musicales han requerido una especialización traducida en años de práctica y sacrificio por parte de los estudiantes de música que, de generación en generación, han permitido a los compositores elevar el nivel de dificultad y desafío de sus composiciones.
Últimamente estoy observando cómo están surgiendo “Catedráticos de Percusión Doméstica” intentando demostrar cómo con cualquier objeto se hace música. Esto es una trampa. Los músicos que hemos estudiado, a través de enseñanzas regladas o de cualquier otra manera pero que hemos estudiado, sabemos cómo sacarle la “combinación de sonido y ritmo”-vieja definición de la SDM- a cualquier objeto: desde el sonido de una caja de cerillas hasta el intento de sacarle un ritmo coherente al motor un autobús de la EMT parado en un semáforo (intentenlo, es curiosísimo). Como demostración de que tras años de estudio se puede lograr, no está mal. Pero como constatación para los niños de que la Música se hace con cualquier cosa y casi sale sola,no estoy para nada de acuerdo.
Si tomamos el ejemplo de Mayumaná-¡sensacionales, por cierto!- En sus inicios hacían percusión con materiales insospechados, pero lo que realmente nos asombraba era la maestría absoluta que tenían de la rítmica . Supongo que sus componentes, antes de hacer ritmos con aletas o cubos, estudiaron a fondo los instrumentos de percusión. En su último espectáculo unen magistralmente las nuevas tecnologías con el movimiento y la música en directo con instrumentos.
La percusión con objetos se relega ya a un segundo plano. Después del final apoteósico del espectáculo, sus componentes tiene todavía fuerza-no sé de dónde la sacan- para despedir al público con una lección de percusión con instrumentos.
Existen cientos de instrumentos curiosos pensados y diseñados para hacer música. Instrumentos que surgen de la necesidad de obtener sonoridades concretas o cumplir funciones específicas dentro del lenguaje musical. Desde el violín hasta la cítara, del clarinete bajo al didgeridoo...
Son igualmente importantes los instrumentos de percusión de los centros escolares: maracas, claves, panderetas, panderos, xilófonos... No hay que olvidar que son instrumentos y considerarlos como tal. Si tomamos como ejemplo las maracas, sería interesante que los niños viesen como a esos pequeños instrumentos se les puede sacar sonidos interesantes.
Enseñemos a los niños, con total honestidad cómo se hace la música, con qué, cómo el conocimiento de la música puede ser ante todo enriquecedor, interesante. Y para los que la estudiamos, apasionante .
¡Dejemos los tenedores y las cazuelas para lo que yo considero otro arte que es la gastronomía!
Adjunto un pequeño video de una entrevista que me realizó TVE y donde el gran maestro de la percusión Carlos Franco hace una breve pero intensa demostración de maracas.