viernes, 13 de febrero de 2009

Concierto en un hospital

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de ofrecer un concierto en un hospital infantil. Quiero agradecer muy especialmente el recibimiento y las atenciones por parte de la directora de la escuela del hospital.

Fue un concierto donde la estrecha comunicación con los niños fue constante.Tocamos de corazón (como siempre), y al final del concierto nos quedamos un rato charlando con responsables y personal del centro.
En este punto interrumpo esta breve crónica para contar una anécdota, al parecer real, que tiene mucho que ver con el final de este breve artículo; hace tiempo en un curso magistral de guitarra impartido por el gran maestro Regino Sáinz de la Maza (primer catedrático de guitarra y el que estrenó el universal “Concierto de Aranjuez”), un alumno se pasaba los días encerrado en su habitación estudiando sin parar esperando el momento de que le llegara el turno para recibir la clase de don Regino. Llegado el momento, el maestro el invitó a salir del aula para dar ambos un paseo. Agotado el tiempo, regresaron al aula y el maestro se limitó a decir “ pasear y observar, también es estudiar”.
Volviendo a mi conversación en el hospital, lo que más me impresionó fue cuando me comentaron quelos niños ingresados en Oncología experimentan un cambio físico por la medicación y que en ocasiones se les reconoce por sus padres (ya que la apariencia de éstos no varía).Esta frase me dejó tan impresionado que, desde entonces, en algunas de las obras que interpreto (sobretodo con la guitarra)mi forma de tocar es totalmente distinta. Espero que salgáis adelante chavales. Un abrazo. Y otro muy fuerte también para el personal docente de ese hospital.

Mis inicios

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