Hace unas semanas leí
en una revista una interesante entrevista sobre usted. No es la primera vez que leo algo sobre usted
o suyo, porque llevo tiempo siguiéndole.
En dicha entrevista
volvía a hablar del viejo y nuevo paradigma de la educación. Siempre me gusta todo
lo que publican de usted.
Me llamó mucho la
atención un comentario que hizo sobre el hecho de que , efectivamente sus
conclusiones suscitaban entusiasmo en la comunidad educativa, pero que veinte
años después de tanto predicar, los avances no han sido notables.
Salté de
mi silla “¡tiene toda la razón¡”, y claro que la tiene. En las empresas
reclaman a trabajadores, cuadros superiores e intermedios con altas dosis de “creatividad”.
Pero a la hora de la verdad los directivos piden que no se salga uno del
tiesto. En las universidades sigue prevaleciendo la losa de un sistema de
enseñanza antiguo. En los colegios se pide creatividad a raudales, pero la
falta de auténtica vocación de los profesores y la antigüedad de muchos cuyo sistema
educativo ha funcionado-utilizo el pasado y no el presente- y para qué van a
cambiarlo, hace que lo que propone usted sea difícilmente realizable.
Pero, mi muy admirado
Sir Robinson, no todo está perdido. Existen instituciones que apuestan con
convicción en sus palabras y sus informes, y lo llevan a la práctica.
En la que yo doy clases
se tiene muy claro que ” la creatividad se aprende”, como usted muy bien señala
y que “todo niño es un artista convencido de su propio talento sin miedo a
equivocarse hasta que un sistema educativo hace que se avergüence de sus
errores”. Los errores son una sin par fuente de enseñanza.
Como iba diciendo,
donde imparto clases se apuesta por una enseñanza holística donde la actividad
artística no se enseña únicamente como un valor cultural y estético, sino como
una potente herramienta creativa y de comunicación a la que todo ser humano
tiene el derecho de acceder. Como verá, ¡algo se mueve Sir! También es cierto
que el cambio de paradigma no se hace de la noche a la mañana: Si bien los
profesores que sintonizamos con usted somos los primeros en tirarnos a la
piscina, somos conscientes de que tenemos que ayudar a la formación de los
compañeros más jóvenes y con todo respeto y cariño, a la puesta al día de los
más veteranos.
Veinte años lleva usted
predicando el necesario cambio de paradigma, los mismos que llevo yo en escena
tratando de enseñar el potencial de una herramienta de crecimiento personal
llamada Música.